En este artículo de culturizando.com vamos a descubrir de donde viene el francés.
El francés se usa como el idioma oficial de 22 países y uno de los idiomas de varios más, incluyendo Bélgica, Canadá, Haití, Madagascar y Suiza.
El francés además, continúa siendo hablado como segundo
idioma por muchas personas en países ubicados en las costas sur y este del
Mediterráneo que fueron una vez territorios o colonias francesas
(primordialmente en Argelia, Marruecos y Líbano).
Historia del idioma francés
El francés moderno pertenece al grupo de las llamadas lenguas
“romance.” Descendientes del latín, podría decirse que estas lenguas
representan las sombras vivientes del antiguo imperio romano, reflejando las
historias divergentes de regiones unificadas anteriormente bajo el gobierno
romano. El origen del francés moderno y de las demás lenguas romance, era una
versión popular hablada del latín que se había extendido gracias a las legiones
conquistadoras romanas – a saber, en el caso del francés, en la “Galia de los
Alpes” por los ejércitos de Julio César durante el siglo precedente al
nacimiento de Cristo.
La invasión de la Galia en los años 400 d.C. por tribus
germánicas, incluyendo los llamados “francos” que huyeron de los ataques de
nómadas del Asia central, dio como resultado la pérdida del control militar por
Roma y guió al establecimiento de una nueva clase gobernante de francos cuya
lengua materna, por supuesto, no era el latín.
La adaptación del habla del latín popular por la población
nativa tendió a imponer, por ejemplo autoritativo, una pronunciación que
retenía un marcado sabor germánico fundamentalmente en los sonidos de las
vocales que aun pueden escucharse en el francés de hoy en día la “u” y “eu” del
francés moderno, por ejemplo, permanece muy cercana a la “u” y “o” del alemán
moderno sonidos desconocidos a cualquier otro idioma moderno descendiente del
latín.
La gramática del latín popular hablado del cual desciende el
francés era más sencilla de lo que fue el latín de la literatura clásica. La
aparición con el tiempo, sin embargo, de un idioma “francés” que derivaba
específicamente del latín hablado, llevó la simplificación más lejos.
Los cambios en la gramática paulatinamente hicieron más y más
difícil para los hablantes del idioma actual entender el latín que todavía se
usa en servicios religiosos cristianos y en documentos legales. Como resultado,
fue necesaria una codificación escrita del idioma hablado que se desarrollaba
para su uso actual en derecho y política. Los primeros documentos escritos en
un idioma claramente “francés” (“Francien,” de “Frankish”) fueron los llamados
“Juramentos de Estrasburgo,” pronunciados por dos nietos de Carlomagno en 842
d.C.
Este idioma “francés” fue de hecho uno de varios idiomas
distintos que descendieron del latín y que se hablaba en varias partes de la
Galia post romana. Otros principalmente incluidos son el llamado “provenzal” (o
“lengua de oc”) hablado en gran parte de la mitad meridional de lo que es hoy
la Francia metropolitana. Sin embargo, el llamado idioma “francés” ganó una
situación especial como resultado de su asociación con el poder militar feudal
dominante — a saber, la corte de Carlomagno y sus sucesores — cuyo alcance
territorial y eficaz control de la vida de Francia creció con el tiempo.
El regreso de la corte francesa a París – después de su
cambio a Aachen (Aix la Chapelle) bajo Carlomagno — y el mayor éxito de sus
ejércitos contra los ocupantes Anglonormandos de las principales zonas del
norte y suroeste de Francia, llevó a una consolidación territorial que
garantizaba la posición en el futuro del “francés” como el idioma oficial de
una monarquía centralizada (más tarde nación-estado). Así. fue establecido el
francés por el Edicto de Villers-Cotterê en el año de 1539.
La gramática del idioma francés hablado y escrito hoy día,
sigue en su esencia sin cambios desde fines del siglo XVII, cuando los
esfuerzos oficiales para uniformar, estabilizar y aclarar el uso de la
gramática francesa se institucionalizaron en la Academia Francesa. El propósito
de esta uniformidad era política: para facilitar la extensión de la influencia
de la corte y para suavizar los procesos de derecho, administración y comercio
a lo largo de e incluso más allá del territorio de Francia, como las empresas
coloniales (tan lejos como India y Louisiana) que abrieron nuevos escenarios de
crecimiento imperial.
Incluso hoy, tras la decadencia de la influencia del imperio
de Francia, después de la Segunda Guerra Mundial, Francia permanece como el
segundo idioma de una vasta población “francófona” que se extiende más allá de
los territorios y dependencias de ultramar de Francia (Guyana francesa,
Martinica, Guadeloupe, St. Pierre y Miquelon, Nueva Caledonia, Vanuatu, Tahití,
Seychelles, Mauricio e Isla Reunión).
El francés que se habla en Canadá hoy en día, principalmente
en la provincia de Quebec, difiere del francés moderno estándar como
consecuencia del aislamiento político de Quebec de Francia después de la
derrota de los ejércitos coloniales franceses por las fuerzas británicas en la
Batalla de Montreal durante la llamada Guerra de Francia y la India (también
llamada guerra de los Siete Años) (1756-1763).
Para escribir la lengua se usa el alfabeto romano con tres
acentos. Sin embargo, desde un principio este alfabeto resultaba inadecuado en
ciertos casos, pues la lengua había desarrollado sonidos inexistentes en latín.
Además, si bien la pronunciación ha cambiado considerablemente desde el período
del francés antiguo, la ortografía ha evolucionado relativamente poco y, en
muchos aspectos, se asemeja aun a la utilizada hace siete u ocho siglos.
También esta situación se ha visto agraviada por la introducción de miles de
préstamos tomados del latín y de otras lenguas que se incorporaron a la lengua
con una mínima o ninguna adaptación ortográfica. De ahí que la falta de
correspondencia entre ortografía y pronunciación sea aún mayor en francés de lo
que lo es en lengua inglesa.
Fuente:http://culturizando.com/la-historia-de-los-idiomas-el-frances/
No hay comentarios:
Publicar un comentario